Torah

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Objetivos

El objetivo de Emunah es compartir pensamientos y vivencias relaciónandolos con los preceptos toraicos porque los consideramos vigentes en cualquier tiempo y espacio. Emunah est,a abierta a todos, sean o no sean judíos, sean o no sean practicantes.

La palabra Emunah es hebrea. Designa la confianza total, absoluta en la Bondad Divina y en la capacidad del ser humano para integrarse a este flujo de Bondad y participar en su expresión para mayor gloria del Eterno y de su Creación.

domingo, 29 de marzo de 2009

La Opinión

La Opinión
B”H
Martes 24 de Marzo de 2009, que es Yom Shelishí 28 de Adar del año 5769 de la Creación del Mundo por Haqadosh Baruj Hu
Tema Religioso
De Malcah

Si nos referimos al diccionario etimológico, definiremos la opinión como el dictamen o juicio que se forma de una cosa cuestionable. La opinión, al afirmar que un hecho puede ser aceptado o rechazado, lo despoja de todo valor trascendental. Por lo tanto, quienes pretenden que la aceptación del hecho religioso es asunto de opinión, andan descarriados, porque afirmar que la religión es un tema opinable, es absurdo. Ninguna persona religiosa se plantea la posibilidad de no serlo. Sabe que es posible no tener religión, pero esta elección razonada y pretendidamente racional de la religión no existe. La religión dispone de la razón, la utiliza de continuo, pero no está a si disposición. El hecho religioso es asunto de corazón, no de raciocinio: Por esto, no es opinable: Quienes tienen religión no opinan que llevan razón, lo saben. La verdad es que la pregunta no tendría ningún sentido para ellos: Si alguien piensa que puede opinar sobre la existencia del vínculo que le mantiene apegado a su religión, es que no cree en ella. Podrá opinar, incluso deberá hacerlo, sobre el modo de concebir o practicar su religión, sobre el alcance de determinados preceptos, en suma, sobre todo lo interpretable, pero nunca sobre el precepto en sí, nunca sobre la religión.
Hablar de opinión en lo referente a cualquier convicción, sea religiosa o no, es equipararla a una mercancía expuesta en las estanterías de una tienda: se compra o se deja. Las convicciones no son opinables porque no son producto de un cuestionario de tipo: “conteste por sí o por no”. Las opiniones se integran en el ámbito de la pluralidad, básicamente, de lo dual, como lo venimos diciendo y repitiendo, son controvertibles, pueden ser positivas o negativas, mientras que las convicciones son indiscutibles , pertenecen al ámb ito de la unidad.
La religión es asunto de conexión con la Voluntad Divina, Autora de la vida y Formadora del alma, pero sobre la Voluntad Divina no se puede opinar, porque el intento de hacerlo supone que no se cree en ella y otro tanto se puede decir del alma, La opinión supone, como lo hemos visto el postulado de la posible controversia. Nos dirán que muchas personas, pretendida o sinceramente religiosas, han intentado demostrar la veracidad de sus creencias, cosa muy legítima en tanto se refiere a terceros, pero no a la propia consciencia. Si el destinatario de un mensaje predicado lo interioriza, lo hace suyo, sale del ámbito de lo opinable, porque se arranca a las garras de lo opinable.
La palabra “opinión”, por cierto, procede de una raíz desconocida, tal vez eslava: Realmente, tanto se puede decir esto como cualquier otra cosa: No se sabe. Parece derivar de “op” que significaría “escoger” y hubiera dado también la palabra “opción”. Lo único claro es que la idea de “escoger” implica la igualdad de valor de diferentes propuestas. Es e l elector quien conferirá a una de ellas el sello de lo preferible. ¡Estamos en plena democracia! Se aspira a la unanimidad de la opinión pública, con lo que, por cierto, se destruiría el fundamento de la opinión, puesto que la posible controversia se habría transformado en un mito.
Cuando el Eterno nos dice que El elige al pueblo de Israel para ser su pueblo santo, le ordena que abandone el culto a los ídolos que son falsas divinidades, precisamente porque están siempre sometidas a la posibilidad del rechazo. Si no me gusta Isis, me busco a Astarté, y ya está todo dicho. Dicho con más precisión, la religión es como el matrimonio, una elección definitiva. Una vez hecha, no se podrá deshacer, si no es al precio de la traición. Al cónyuge no se puede dejar de elegirle si después del matrimonio, se revela antipático o decepcionante. Todos podemos abandonar una opinión si la consideramos errónea, pero no podemos desligarnos de un compromiso, porque, al adquirirlo, hemos renunciado a nuestra capacidad de opinar sobre el mérito del beneficiario. Hoy día, cuando está tan de moda divorciarse por opinar que el cónyuge no responde a las expectativas, es fundamental recordar que el compromiso amoroso anula toda posibilidad de opinar sobre el compañero/a. Si su conducta parece reprobable, se comentará el asunto entre los dos, y, caso de que se niega a hacerlo, no se deberá opinar que es un tal o un cual, habrá que buscar en la propia conducta el mejor modo de llegar al entendimiento, porque opinar sería plantear la posibilidad de que uno de los dos estuviera en lo cierto y el otro, no, o que no hubiera posibilidad de entendimiento y esto sería un error descomunal. Ni el amor, ni la fidelidad son opinables. Son asunto de corazón, como la religión: El amor siempre hay manera de darlo, a menudo priorizando el deber y comprendiendo que él es la fuente del placer.
¡Bendito Sea el Eterno Que nos enseña a Amarle en vez de opinar sobre el amor!


lunes, 23 de marzo de 2009

Parashah Vayaqhel: La Vida Colectiva

La Vida Colectiva
B”H
Parashah Vayaqhel
Sábado 21 de Marzo de 2009, que es 25 de Adar del año 5769 de la Creación del Mundo por Haqadosh Baruj Hu
De Malcah

Este año, las dos parashiot Vayaqhel y Pekudé se van a leer durante el mismo oficio mañanero del sábado que viene, porque así nos lo exige nuestro complicado, pero muy exacto calendario cuando el mes de Adar no se duplica. Creo inútil explayarme sobre estas particularidades de nuestro almanaque, porque las personas interesadas encontrarán explicaciones detalladas en Internet. Nos limitaremos, pues, a recordar que, si no se duplica el mes, es preciso duplicar la parashah en algunas fechas.
En la primera de estas dos parashiot, encontramos una repetición de las instrucciones que Moshé ha impartido a los Hijos de Israel sobre la construcción del Tabernáculo. En una aproximación superficial, semejante repetición puede parecer ociosa, pero una reflexión seria nos mostrará que hay varias razones para concederle gran importancia, siendo la primera el afán de dejar impregnada de su trascendencia la mente de un pueblo cuya identidad espiritual depende de la asimilación de todo el simbolismo contenido en la construcción del Tabernáculo. También sirve la repetición de los mandatos para alcanzar a los israelitas que, eventualmente, por ausencia involuntaria, no hayan oído a primera lectura. Todo lo cual no obsta para que el israelita proceda a la lectura individual del texto. No se trata de esto sino de mantener activa la alegría de pertenecer a la colectividad. La lectura de la Torah es una declaración de amor, un flujo que, por el canal del corazón, nos une al Creador que tanto nos ama. Nuestra muerte individual no interrumpirá esta corriente, porque La Torah está destinada a ser leída, estudiada y memorizada de generación en generación. La repetición minuciosa de la lista de todos los utensilios y materiales que presiden esta construcción, llevada a cabo por un hombre santo, de la tribu de Yehudah, llamado Bezaleel , serán interiorizadas en la mente del pueblo, estructurándola religiosamente al transformarse en símbolos. Al fin y al cabo, la construcción del Tabernáculo es la elaboración de la morada del alma para la Presencia Divina.
Moshé insiste e insiste y repite y reitera sus indicaciones y recomendaciones, de modo que Israel, al leer la Torah a lo largo del año, se impregnará del texto y de su significado el cual, conviene repetirlo, es colectivo. La Torah no está destinada a un individuo, ni a una familia, sino a un pueblo entero, pero no a un pueblo concebido en abstracto, sino a un pueblo real, compuesto por individuos conscientes de su ubicación y de su misión en su seno. De ahí la importancia dada a la enumeración de los distintos oficios ejercidos por los hebreos. Toda la colectividad está implicada en la preparación del Santo Servicio. No sobra nadie, ni falta nadie en la realización de la obra colectiva y cada uno sabe que su propia pericia redunda en beneficio del conjunto social con quien comparte valores, creencias, esperanza y voluntad de perpetuarse.
El artesano especialmente dotado por el Eterno para dirigir “los trabajos en lo concerniente a la obra para el servicio del Santuario” se llamaba Bezaleel y era hijo de Jur, de la tribu de Yehudah. Con la ayuda de Aholiab, de la tribu de Dan, se encargó de la confección de todos los materiales necesarios para esta sagrada labor.
Creo que merece la pena resaltar aquí la presencia de la tribu de Dan en la ayuda a Bezaleel, cuando se está llevando a cabo la realización del cometido más trascendental, no sólo del Exodo, sino de toda la historia de Israel. Lo digo porque me consta que algunas mentes especialmente perspicaces tienen en poco a la tribu de Dan porque era la que cerraba la marcha cuando el pueblo se ponía en movimiento. Incluso llegan a afirmar que la Nube Divina no la cubría. No creo que semejante discriminación por parte del Todopoderoso venga señalada en la Torah, así que me parece razonable darla por inexistente. Dan cubría la retaguardia, cosa que todos los militares suelen considerar vital para la seguridad del ejército. Hay motivos para preguntarse a qué general se le ocurriría confiar esta misión a un ser medio desligado del servicio común. Tratándose de Israel, desde luego la pregunta es aun más asombrosa. ¿Dejaría, acaso el Eterno a una criatura suya más o menos postergada? Repitámoslo: La Torah no dice nada de esto. Dan forma parte de la colectividad de Israel, sin restricción alguna.
Bezaleel y Aholiab van a elegir entre los varones de Israel a los más dotados para ayudarlos en su trabajo. A primera vista, esta mención de que hay varones más dotados que otros para llevar a cabo una tarea santa, puede parecer, por un lado, muy natural y, por otro, afirmación de que los mas dotados valen más que los menos dotados.
Pues no. Esto no significa, en absoluto, que ellos valgan a los Ojos del Todopoderoso, más que los infelices, ineptos para semejante tarea. Ningún israelita vale más que otro en el Corazón del Eterno. En la comunidad hebraica, el inepto tiene tanta importancia como el más apto. Paga su medio shekel, como todo el mundo y tiene un papel tan relevante como el mismo Bezaleel. Una reflexión objetiva, por somera que sea, nos demostrará que La persona inepta para algunas actividades de la vida cotidiana o del quehacer social es el ser que obliga a los demás a valorar sus propias capacidades y agradecer al Señor el habérselas concedido. Por otro lado, el inepto refleja los fallos colectivos. En una sociedad perfecta, no hay ineptos. Dicho de otro modo, el inepto es un espejo de las insuficiencias colectivas. Muy a menudo, el lector de la Torah se pregunta por qué la enfermedad mental no viene señalada y categorizada en ella. La respuesta es inmediata: porque en una sociedad respetuosa de la Torah, la enfermedad mental no se produce. Sólo nacen seres con disposición al desequilibrio mental o afectivo en una sociedad impura, son un grito de alarma. No es casual que la más graves de cuantas enfermedades mentales que se pueden diagnosticar, es decir la esquizofrenia, se manifieste en la adolescencia, o sea, cuando el joven, o la joven, ya son, respectivamente, “bar mitzvah” o “bat mitzvah”, momento que indica la mayoría d edad religiosa. Es entonces cuando el, o la, adolescente, advierte las contradicciones de una sociedad que incumple sus propias enseñanzas. A los Ojos del Eterno, este joven, o esta joven, ya es responsable de su comportamiento individual y será premiado o castigado por él con toda justicia. Ya es un adulto responsable, no sólo de su propia conducta, sino de la conducta de toda la colectividad que le acaba de reconocer el estatus de adulto y de la cual nadie le puede disociar.
Israel es una unidad, el Eterno siempre se lo recuerda, entre otras cosas, al hablarle en singular: No suele decir:”Israelitas, haréis esto u lo otro” sino “Israel, haz esto u lo otro”. Como el Eterno, su Creador, Es Uno, Israel ha de ser Uno. Dentro de Israel, las particularidades individuales son aspectos del alma colectiva. Israel es una colectividad y su vida es colectiva. No tendría ningún sentido el caso contrario. Ninguna ley, en ninguna civilización, se promulga para un individuo aislado. Este extraño Robinson no compartiría nada con nadie y podría perpetuarse. Una ley le sería totalmente inútil.
La Torah garantiza y ordena nuestra vida colectiva. ¡Bendito Sea Hashem Que nos la dictó!


Queridos Amigos, a partir de ahora, ya no recibiréis comentario mío a la parashah semanal o a las fiestas religiosas, excepto en contadas ocasiones. Tomo esta decisión por razones personales y os ruego que no veáis en ella ninguna forma de enfado o de animadversión. Os tengo el mismo cariño de siempre y os estoy infinitamente agradecida por vuestra atención, vuestra amistad y todo el afecto que me venid demostrando desde que nos conocemos. Lo que ocurre es que mi salud se ha deteriorado bastante y no puedo seguir trabajando durante horas con el ordenador, pero seguiremos en relación. Espero poder escribir algunos textos, de todas formas. Pido a mi generosísimo amigo, el hombre entrañable que me ha enseñado a utilizar el ordenador y está al cuidado de mis dos Blogs que se siga encargando como siempre. Ya os digo que tengo la esperanza de seguir escribiendo. El único problema que me lo podría impedir sería la falta de dinero para pagar la cuota de Internet que me exige Vodaphone. Pido al Eterno que me ayude a seguir y creo firmemente que El lo hará.
Os ruego que comprendáis mi preocupación por el dinero. Dispongo de menos de 700 Euros al mes para que vivamos mi hijo y yo. No puedo pagarle al pobre infeliz el arreglo que su violonchelo necesita después de que los cambios de presión atmosférica lo hayan dañado. No puedo costearle los cuidados que necesitan sus diente, ni, a mí, una dentadura. Los alumnos que venían a casa, ya huyen, espantados por la crisis: Ya sabéis que las crisis económicas tienen por objeto favorecer a los ricos y perjudicar a los pobres. Os quiero, os quiero muchísimo y con absoluta sinceridad. A mi gran amigo de quien os venía hablando y que es también el vuestro, deseo todo lo mejor. Pido a Hashem que le bendiga como a todos vosotros y que sigamos en contacto. Os quiero mucho. Todo es luz, todo es simjah: Baruj Ha Shem. Lo nuestro es una colectividad. Shalom. Malcah.

lunes, 16 de marzo de 2009

Parashah Ki Tis'a: La Orgía



La Orgía
B”H
Parashah Ki Tisá
Sábado 14 de Marzo de 2009, que es el día 18 de Adar del año 5769 de la Creación del Mundo por Haqadosh Baruj Hu
De Malcah

Esta parashah se inicia con la orden dada por el Eterno de hacer algo que El Mismo considera, en esencia, pecaminoso y que, por lo tanto se deberá purificar con una ofrenda. Se trata de censar a los hijos de Israel. El pueblo elegido, siendo una unidad, no debe ser reducido a una amalgama de individuos cortados los unos de los otros como si fueran ladrillos.
Sin embargo, el censo es cómodo, incluso indispensable para organizar la vida colectiva. Efectivamente, el pueblo debe saber de cuántos hombres puede disponer para determinada tarea. Para autorizarlo, El Eterno exige que cada uno de los censados ofrezca un rescate de medio shekel. Es una contribución muy módica que puede pagar tanto el rico como el pobre. Nos recuerda que todos los hijos de Israel son iguales ente el Creador. Para quienes no conozcan nuestras costumbres, precisaré que este medio shekel lo seguimos pagando todos los años y que es una gran alegría hacerlo porque con este gesto, recordamos que el Eterno rescata nuestras almas de la impureza producida por las condiciones de la vida material y que todos somos iguales a Sus Ojos. Cuando está en juego la devoción que se Le tiene a El, los humildes valen tanto como los personajes encumbrados. Está terminantemente prohibido dar más de medio shekel. La cantidad recaudada se utiliza para sufragar gastos de la comunidad.
Después de estas indicaciones, el texto se explaya sobre determinada abluciones que serán obligatorias para Aarón y sus hijos, lo cual significa que, si bien en tanto que israelitas tienen los mismos derechos y obligaciones que los demás, en tanto que casta sacerdotal, tienen también obligaciones especiales.
Es importante recalcar que, en ese preciso moment6o, Aarón, que va a protagonizar el episodio del Becerro de Oro, ya ha sido designado para mantener intacta su pureza corporal, soporte físico de la espiritual. Además, él y sus hijos han de ser ungidos con óleos de santidad al igual que el Tabernáculo, el Arca, el Candelabros y otros objetos sagrados. La unción funde al oficiante con todo lo sagrado. La naturaleza de los aaronitas pasa de ser meramente humana a la de ser vehículos de la santidad, o sea, sacerdotes.
Si reflexionamos un poco sobre la característica sobresaliente del episodio del Becerro, constataremos que representa la apoteosis de los sentidos. El becerro se ve. Se toca, se ve, se nombra, se huele, porque el humo de la fundición tiene olor, se oye, porque su fabricación supone un martilleo, un trajín que no va sin su ruido. También es ocasión para el pueblo de comer y beber. Los sentidos son la función por la que el organismo percibe las distintas formas de energía. Estas formas de energía son reales, pero los sentidos son, como lo acabamos de mencionar, una percepción que se puede interpretar erróneamente. Si miramos la sierra de Madrid desde alguna calle de la capital, podemos pensar que se encuentra a muy poca distancia del punto en el que nos encontramos. Nada más falso. Los picos que vemos están a cuarenta kilómetros. Esta es la clave del episodio del Becerro de Oro: encontrándose ya en el desierto, los hebreos adoraron sus sentidos, sin advertir que el desierto exige la abolición de los sentidos. El desierto es lugar de ascesis, de espiritualidad. Atravesarlo supone conceder a la voluntad y a la esperanza de encontrar un oasis un protagonismo absoluto. Moshé conoce el desierto y su oasis, la casa de Yitró, pero el pueblo, no.
El pueblo ha creído que la travesía del Mar Rojo le iba a garantizar las mismas comodidades que la esclavitud, pero sin sus inconvenientes y no era así. El camino de la libertad pasa por el renuncio a las satisfacciones sensuales que son avasalladoras.
Llegados a este punto, conviene recordar que la palabra “sentido”, en su significado de “actividad fisiológica”, se dice “jush” en hebreo y se deletrea como sigue:”Jet, Wav, Shin”, sumando estas consonantes 314, como la expresión “Kol Nidré” que es título del canto introductorio a los servicios religiosos del Yom Kipur (Día de las Expiaciones). La orgía del Becerro de Oro es el gran pecado propiciado por los sentidos. Siempre tendremos que pedir perdón por él.
La ira de Moshé al bajar del Monte Santo y contemplar la catástrofe se explica porque él ha asumido la exigencia de consagración a la espiritualidad que es propia del desierto y descubre que, si no hace un escarmiento inolvidable, nunca podrá enaltecer al pueblo hasta las cimas de la libertad . Una matanza fratricida será el precio a pagar para alcanzarla. Con las manos manchadas por la sangre de los culpables, el pueblo se sabrá comprometido con el respeto de su dignidad.

domingo, 8 de marzo de 2009

Meguilat Ester: El Cero Coronado

El Cero Coronado
B”H
Meguilat Ester (Rollo de Ester)
Madrid (Sefarad), año 5769, que es 2009-
De Malcah

El personaje que va a retener hoy nuestra atención goza de un privilegio extraordinario, el de tener en hebreo un nombre hermosísimo, que basta para conferirle, entre los judíos, cierto “derecho de residencia” que su matrimonio con la reina Ester, quizás no hubiera bastado para garantizarle. Este nombre es Ajashverosh. Es la traducción al idioma de la Torah de Atajeres, que se conoce generalmente bajo la forma Asuero, que, de ahora en adelante vamos a utilizar, por ser la que figura en las traducciones.
No es corriente que un personaje esté dotado de un nombre cuya belleza musical llama la atención. Espero que todos coincidáis conmigo en conceder a esta particularidad unos segundos de atención.
Pero ya nos vamos a dejar de estética para hablar del personaje tal y como lo retrata el relato de la Meguilah.
En primer lugar, vemos a un potentado que exhibe su poderío político y económico ofreciendo a sus vasallos, nobles y príncipes, un banquete pantagruélico (perdonen el anacronismo, por favor, lo utilizo por pensar que su expresividad lo justifica.) Se entiende el afán de un soberano, que sólo lleva tres años en el trono de deslumbrar a quienes le están sometidos y podrían sentir la tentación de menoscabar el poderío imperial. El sentirse parte de él ayudará a aceptar el yugo: Hasta aquí, Asuero se muestra buen estadista. Exhibe un lujo inigualable y sacia a sus invitados de toda clase de manjares y bebidas. Su esposa, la reina Vashtí , por su parte, ofrece un banquete similar a las mujeres, tal vez por iniciativa propia, tal vez por respetar el protocolo. No lo sabemos.
Asuero, como lo veníamos comentando tiene el comportamiento de un emperador inteligente que invita a su mesa a los príncipes que son vasallos suyos y los atiborra de comida y bebida durante una semana, habiendo funcionarios la orden de satisfacer los caprichos de cada uno, lo cual le permitiría observarles, o mandarle espiar, para hacerse una idea de las preferencias y ambiciones de cada uno. Esto, no lo dice el texto, pero se desprende de su contenido
Si se limitara a actuar de esta forma manteniendo la cabeza fría, como buen gobernante, la saldría todo a pedir de boca, pero él no sabe guardar la distancia. Se emborracha tanto como sus invitados y pierde el control de la situación. Se le ocurre entonces nada menos que mandar llamar a la reina Vashtí para que venga a poner el colofón a la orgía contoneándose ante bebedores y vomitadores. Con absoluto desprecio del más elemental respeto, decide que su esposa será pasto de miradas lúbricas, objeto de ademanes obscenos y blanco de reflexiones llenas de lascivia. La mujer se niega y aunque el texto no aclara por qué motivos lo hace, éstos no son difíciles de imaginar. No sabemos si tiene conciencia de la afrenta que esto supone para su marido, pero entendemos su indignación que el sentido moral más elemental prohíbe condenar.

El caso es que se niega a obedecer y desencadena así el furor marital que, extrañamente no se va a manifestar en una explosión de ira sino en un desconcierto. Asuero que, hasta entonces parecía llevar las riendas de los acontecimientos, se encuentra desamparado ante una desobediencia, cosa a la que cualquier soberano debe saber enfrentarse. Desde luego acaba de actuar con irresponsabilidad. Está acostumbrado a creer que a cambio de dádivas y honores, tiene derecho a la sumisión ajena, exija él lo que exija y la rebelión de su esposa le sume en la perplejidad. No sabe reaccionar, pregunta a los “sabios” que conocen los tiempos, las leyes y todo lo sobrenatural. O sea, pide que la decisión la tomen otros en su lugar. El será un simple ejecutante.
Henos aquí ante lo que se va a revelar el rasgo de carácter más destacado de Asuero: su falta de independencia a la hora de tomar decisiones, su incapacidad para hacerlo. Es un niño mimado e inmaduro. Cuando no le dan su capricho de inmediato, va a refugiarse en las faldas de la niñera. En su caso, la niñera es la cohorte de consejeros y profesionales varios que le rodean, todos duchos en el asesoramiento a gobernantes desorientados. Son los científicos de la época, los “Bárbaros Especialistas” como los hubiera llamado Ortega y Gasset. Lo que conviene hacer con Vashtí, Asuero se lo pregunta a ellos. Este varón que, hasta este momento, se nos ha retratado como autoritario, e, incluso bastante despótico, es un ser caprichoso, desprovisto de voluntad. Le vemos completamente borracho, habiendo perdido hasta la más mínima sombra de autocontrol, lo cual es la actitud opuesta a la de un soberano capaz de estar siempre al mando.
Asuero no entiende que, para ser obedecido, es preciso sabe, en todo momento, lo que se tiene derecho a exigir y no salirse de este marco: El no lo sabe, es una persona débil. Cree que su posición social le da todos los derechos y ninguna obligación. Así es como se hace manipular por sus innumerables cortesanos que le observan, le conocen y le utilizan en provecho de sus ambiciones personales, dejándole creer que se le respeta mucho, cuando lo que hacen todos es despreciarle. Nadie que no se respete a si mismo puede respetar a su cónyuge, ni amarle. No sabe amar. No sabemos si Ester llegará a tenerle cierto cariño, pero sí podemos estar seguros de que, como buena mujer judía le respeta, porque el respeto al matrimonio es fundamental en el judaísmo.
En el Libro de Ester, hay un momento crucial. Es cuando Asuero, víctima del insomnio, pide que le lean las crónicas de su reinado y decide premiar a Mordejai. Esto, a primera vista, es una decisión simpático, digna de un corazón generoso. De hecho, no es de generosidad de lo que carece Asuero, sino de madurez. En su afán por premiar a Mardoqueo entra, sin ninguna duda, su perpetuo deseo de tener a los demás agradecidos lo cual les hará más sumisos y le dará a él fama de justo. No creo ser mal pensada- Los seres débiles se fían más de las transacciones que de los sentimientos que, en ellos, nunca son sinceros, porque la sinceridad supone valor para asumir la eventualidad de la traición, o del sufrimiento por alguna desgracia del amigo.
En cuanto al apego de Asuero por la reina Ester, se debe a la habilidad de los eunucos, a quienes, siguiendo las recomendaciones de su tío, Ester ha obedecido en todo. Ellos la prepararon para ser la favorita del rey, porque estaban seguros de que ella sería su criatura, fiel y obediente. No comprendieron que, siendo judía, Ester tenía valores propios, absolutamente inalienables y que, llegado el caso, prevalecerían sobre cualquier otra consideración, siendo la respeto por el cónyuge y la sexualidad la base misma de la vida social y familiar. No sabemos si Ester amó a Asuero, pero sí sabemos que siempre le respetó y que nunca le hizo el menor daño.
Según el texto, ella tuvo con los eunucos una relación cordial y siguió sus consejos durante tiempo, porque ellos sabían cómo funcionaban los asuntos de palacio, pero acabó librándose de su casi tutela. Probablemente sintió una enorme compasión por estos infelices mutilados. Una crueldad tan tremenda como la castración, no puede ni concebirse en el judaísmo
En cuanto a Amán él es el guardián y el explotador de todas las costumbres más inicuas que mantienen el sistema del que se aprovecha para medrar. Cuando comprueba que la reina no vacila en denunciarle, y que ella, además, representa el “lobby” más poderoso de aquel entonces, se asusta de verdad: Asuero0 hace lo de siempre: se escabulle, dejando a su esposa que se haga cargo de la situación. El se va a tomar el aire y, luego, finge tomar las súplicas de Amán por un intento de seducir a Ester. Se le ha servido en bandeja el pretexto que quería para deshacerse de un cortesano que ya le estorbaba, puesto que era el vencido de la pugna con los judíos y entregarlo a estos últimos, que eran los más fuertes.
Así fue como Asuero, coronado y librado de responsabilidades, pudo, por fin respirar tranquilo el aire que soplaba en los jardines de su palacio, mientras los judíos gobernaban por el bien general-
¡Bendito Sea el Eterno, Que nos permitió transformar la hostilidad de un déspota alienado, en una bendición para él y paranosotros!

martes, 3 de marzo de 2009

Parashah Terumah: Las Ofrendas

Las Ofrendas
B”H
Parashah Terumah
Sábado 28 de Febrero de 2009, que es 4 de Adar del año 5769 de la Creación del Mundo por Haqadosh Baruj Hu
De Malcah

Es la “Terumah” una parte de sus posesiones que una persona separa del resto para ofrendarla al Eterno. En hebreo, este nombre deriva del verbo “taram" que significa “ofrendar, dar, regalar” y, por extensión, “separar”, lo cual es lógico, porque al destinar a regalo o a ofrenda una parte de las posesiones propias, se la separa del resto. La Torah, sin embargo, no emplea este término en su sentido prosaico, sino que lo refiere a la ofrenda que Se Le hace al Señor y que debe ser fruto de la un impulso del corazón. Se está hablando de ofrendas santas, cualquier carencia de entusiasmo en su elección y entrega las profanaría. El protagonista principal del regalo es el corazón. Hashem no acepta nada que se le entregue a regañadientes o, simplemente, con indiferencia. El no es un recaudador de impuestos. Está pidiendo los materiales con los que se ha de construir Su Santuario. Quiere que sean muy hermosos y lujosos, sin que nada empañe su pureza. En suma, tienen que ser alegre don del amor, o sea del corazón, porque las vibraciones del órgano vital son el lazo del ser humano con su Creador. Lo hemos dicho muchas veces, pero creo útil repetirlo para que no se nos pierda de vista: La relación que el Eterno mantiene con Su pueblo y, probablemente, con toda Su Creación, es pasional, lo cual invalida la tan traída y llevada objetividad de quienes pretenden fundamentar en la sola razón su relación con lo existente. La objetividad es estática, desconoce el pálpito, mientras que la religión es dinámica, es una trayectoria que une al hombre con Hashem y vice versa .La misma sílaba “El” que significa, precisamente, “Dios”, se traduce también por “hacia”. La inmovilidad no existe en la consciencia, como tampoco existe en el cosmos y los positivistas tienen que reconocer el papel de la orientación en todos los aspectos de la realidad. Esta constatación anula su postulado básico que es la no intencionalidad de la existencia.
El papel del amor es, pues, absolutamente fundamental para Hashem, Que no admite la indiferencia. La palabra “objetividad” viene de “objeto”, término que, en Latín, comparte raíz con “óbito” que significa “defunción”, o sea, que indica el cuerpo humano ya muerto, ya convertido en un objeto.
Creo superfluo precisar que la objetividad a la cual se alude en este escrito, no es la ecuanimidad en los juicios, es decir la ausencia de prejuicio o idea preconcebida, sino el abuso del raciocino, que conduce a la idolización de las limitaciones impuestas a la propia conciencia por miedo al poder de la afectividad arrebatadora. Decía una escritora célebre, hablando de la muerte de su amante de toda la vida: “Nada nos volverá nunca a juntar”. En cambio, los que amamos a Hashem, sabemos que el amante difunto está en Su Seno y que la separación es una mera apariencia, porque, la comunicación no se puede interrumpir. El amor es origen del pálpito cordial. Nada, absolutamente nada puede ponerle un término. Cuando el corazón orgánico deja de latir, el alma se eleva al Cielo, llevándose los efluvios sentimentales que le confieren la capacidad de amar y, por lo tanto de buscar lo mejor, lo más hermoso, lo más lujoso para los seres queridos. Pero el aspecto material de esta apasionada entrega, descrito con sumo refinamiento artístico en nuestra parashah, no es más que el símbolo de la inagotable riqueza del corazón, pudiendo ésta manifestarse de la manera más humilde. Lo que se nos dice en “Terumah” es que los dones del corazón son asimilables a las riquezas de mayor magnificencia.
Desde luego, toda persona cuerda hace la misma valoración que el Todopoderoso en lo referido a los regalos ¿A Quién no le conmueve más el humilde regalo de los vecinos pobres que, desde lo más hondo del alma le desean felices fiestas que el suntuoso (y, casi siempre pretencioso) “detalle” de la empresa por la que trabaja? Es un regalo hecho con el corazón. No describiremos aquí la profunda emoción que nos embarga, cuando descubrimos que alguien de modestos medios financieros ha buscado para regalárnoslo un objeto, una prenda de vestir o cualquier otra cosa, de excelente gusto que le ha costado una fortuna con la que se ha propuesto expresarnos su profundísimo cariño. Me ha ocurrido hace poco. Un hombre a quien quiero como a un hijo me regaló una espléndida estola. Sólo me la he puesto dos veces, pero siempre la veo al abrir mi armario y cuando la veo y la toco, me invade la simjah (la alegría).
¡Bendito Sea Hashem por habernos enseñado a valorar las dádivas que provienen del corazón!

miércoles, 25 de febrero de 2009

Parashah Yitro: El Quinto Mandamiento

El Quinto Mandamiento
B”H
Parashah Yitro
Sábado 14 de Febrero de 2009, que es el 21 de Shevat del año 5769 de la Creación del Mundo por Haqadosh Baruj Hu.
De Malcah

En esta parashah que lleva por título el nombre del suegro de Moshé, figura el texto de los Diez Mandamientos cuya primera tabla, la de la derecha, expone los deberes que tenemos directamente hacia el Todopoderoso, mientras que la tabla de la izquierda regula las relaciones que los seres humanos deben mantener entre ellos. La primera tabla, sin embargo se termina con un mandamiento que, para una observación superficial, debería figurar en la segunda. Naturalmente, no faltan mentes superiormente clarividentes para asegurar que se trata de una pura cuestión de conveniencia, destinada a colocar el mismo número de ordenanzas en cada lado. Pero esto no es cierto. En la Torah todo tiene una razón de ser fundamental e intocable: El Quinto Mandamiento que reza:”Honra a tu padre y a tu madre” enuncia un deber que tenemos hacia el Eterno.
Cuando Haqadosh Baruj Hu, al inicio del texto que estamos procurando entender, por lo menos en parte, proclama Su Nombre Divino y recuerda a los Israelitas que El Es Quien los liberó de la esclavitud, afirma su paternidad espiritual Desde la primera frase de este código de conducta que constituyen los Diez Mandamiento, su Autor nos recuerda que le debemos nuestra condición de seres humanos dueños de su destino. La libertad nos permite aceptar y asumir con toda responsabilidad la Ley que El nos va a dictar. El esclavo está sometido a su amo, que puede prohibirle la práctica de su religión, pero el hombre libre dispone de sí mismo, puede tomar compromisos que serán total y absolutamente vinculantes, porque no se le ha coaccionado. Tampoco podrá invocar ningún pretexto para zafarse de su cumplimiento, porque no ha mediado ninguna coacción. Así pues, el primero de los Diez Mandamientos recuerda al pueblo de Israel que Hashem es el Padre Que le ha elevado a la categoría de adulto.
Ahora, nos resulta más fácil entender por qué el Mandamiento que ordena honrar al padre y a la madre se encuentra precisamente al final de la primera de las Dos Tablas de la Ley. Esta ubicación nos enseña que el origen de toda paternidad es el Eterno y que honrando a nuestros padres terrenales, le honramos a El, Que es el origen de toda paternidad/maternidad. No se trata de preguntarse si ellos merecen o no nuestro aprecio, porque la devoción que les debemos no es asunto calificable. En esta última eventualidad, un gran número de ellos no tendría ningún derecho a nuestra devoción. Hay padres abyectos, no creo que lo dude nadie. El Quinto Mandamiento significa que no es asunto nuestro someter a nuestros padres a ningún juicio. No somos quienes para darles el aprobado o el suspenso, porque su derecho a ser respetados no proviene de su comportamiento sino de su esencia. Son nuestros padres, biológicos o adoptivos, y esto es lo que les hace acreedores a nuestro respeto.
Hoy en día, se ha extendido la moda de juzgar a los padres. Oímos s casd momento a gente joven, y no tan joven, que se explaya sobre los sufrimientos que les han infligido sus padres por haberles “impuesto” sus propias convicciones, haberles educado en su religión y en sus costumbres etc. Casi siempre quienes ponen tan lastimero grito en el cielo han sido jóvenes consentidos y mimados por unos padres que se han mostrado menos exigentes con ellos que consigo mismos y, con mucho cariño, siempre tratando de no merecer el calificativo de tiranos fanáticos e intolerantes, han contado con el sentido común y la honradez de los retoños para decantarse por las actitudes más inteligentes y nobles. Se han equivocado y sólo han conseguido a debiluchos que les envidian su entereza y su inquebrantable confianza en la alegre asunción de los principios que son la base de una vida exenta de sumisión a las modas intelectuales o sociales, con todas sus incertidumbres.
Además, el Quinto Mandamiento permite mantener la cohesión de las familias: C reo que ya lo hemos dicho y repetido: si tú desprecias a tus padres, tus hijos te despreciarán y lo proclamarán, extendiendo así el mal ejemplo y el germen de la destrucción social. Si dejasen hablar su corazón, se preguntaría hasta dónde puede llegar el dolor de un niño que acaba de enterarse de que sus padres encarnan tal maldición que ni su propio hijo yiene la obligación de honrarlos, o sea que no hay nada en el mundo que le iguale a él con el más favorecido de los mortales.
¡Bendito Sea Hashem por Habernos dictado el Quinto Mandamiento que nos relaciona directamente con Su Amor Paterno!

lunes, 23 de febrero de 2009

Parashah Beshalaj

El Desconcierto
B”H
Parashah Beshalaj
De Malcah

Al iniciarse esta parashah, en los 5 últimos versículos del capítulo 13 de Shemot (Exodo), nos encontramos en el momento en que, asustado por la muerte de todos los primogénitos de Egipto, el suyo incluido, parece pensar que su luto es fruto de un ardid ideado por los hebreos para escapar a la esclavitud a la que los tiene sometidos y, furioso, ser lanza en su persecución, dispuesto a recuperarlos como esclavos, a cualquier precio.
Elohim, sin embargo, ha decidido sacar a su pueblo de Egipto, mal que le pese al orgulloso monarca. Aquí, el texto muy conciso, nos dice que los hebreos salieron bien pertrechados de la tierra de Mitzraim (Egipto), para indicarnos que el pueblo podría asustarse si presenciaba el enfrentamiento armado. No es, pies, ninguna extrapolación, suponer que los hebreos llevaron con ellos una milicia armada, capaz de enfrentarse al ejército faraónico, pero que el conjunto del pueblo estaba compuesto por civiles susceptibles de perder los nervios y tratar de volver a su antigua condición de esclavos, retornando a su ant5igua morada.
Es este desvío en el camino de la huida, una fuente de reflexión, porque representa algo más que un simple movimiento físico, más que los regates de un grupo inquieto, la expresión de una gran angustia. Esta pobre gente, que lo está dejan do todo atrás, no llega a mentalizarse de lo que significa un viaje sin retorno. En la huida, suele haber dos aspectos. El uno consiste en alejarse del enemigo y el otro, cuando es posible, consiste en saber qué llevarse consigo. Todo el mundo intenta llevarse algo que, muchas veces, por cierto, nunca será utilizado y sólo servirá de estorbo. Contaba una mujer elegante, en sus memorias, que cuando le tocó juntarse con pobres campesinos que también salían despavoridos ante el vencedor de una guerra civil, ella era la peor preparada para hacerlo. Se había llevado sus vestidos de noche y sus zapatos de tacones. Algo de esto les ocurre a los hebreos. Elohim los lleva por un camino bastante largo y poco directo, porque así, no sólo engañan a los egipcios, sino que desahogan su propio desconcierto, sus idas y venidas psíquicas en el umbral de una vida nueva. Manifiestan su desconcierto y esto les permite asumirlo.
Por otra parte, el Eterno les hace bien patente su protección, al estar siempre presente, en columna de fuego, o en columna de nube. Tanta protección por parte del Altísimo, nos muestra hasta qué punto la salida de Mitzraim fue un hecho trascendental que, probablemente, conmovió a todo el mundo civilizado de Oriente medio en aquella época, porque Egipto era la superpotencia muy temida y su derrota fue sonada.
Los hebreos, por supuesto, salieron favorecidos por ella. Cuando llegaron al Sinai, su fama de de pueblo protegidos por la Fuerza del Todopoderoso les había precedido, con toda seguridad y ellos habían adquirido confianza en su destino, a pesar la inmadurez que les hizo suponer que la travesía del desierto sería un camino de rosas en el que ni tendría los inconveniente de Egipto, ni tendrían otros. Ignoraban que el desierto no es ningún paraíso: El desierto es horrible, cruzarlo es obra de férrea voluntad y asunción de la labor espiritual.
Nadie puede cruzar el desierto con éxito si no goza de la protección Divina más declarada, tanto de día como de noche, pero el desierto que cruzaron nuestros antepasados encierra en su territorio el Monte Sinai donde Hashem Se manifestó para dictarnos la Ley de Vida.
¡Bendito Sea El por habernos guiado y protegido a lo largo del camino de la vida!