Torah

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Objetivos

El objetivo de Emunah es compartir pensamientos y vivencias relaciónandolos con los preceptos toraicos porque los consideramos vigentes en cualquier tiempo y espacio. Emunah est,a abierta a todos, sean o no sean judíos, sean o no sean practicantes.

La palabra Emunah es hebrea. Designa la confianza total, absoluta en la Bondad Divina y en la capacidad del ser humano para integrarse a este flujo de Bondad y participar en su expresión para mayor gloria del Eterno y de su Creación.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Gracias

Por las fechas y la situación de Malcáh volveremos a tener comentarios sobre los Parashiot en el año nuevo. Malcah quiere agradecer a todos que le han apoyado en las últimas fechas.

Felices fiestas

martes, 9 de diciembre de 2008

Parashah Vayetzé

Parashah Vayetzé: la concatenación de los Engaños
B”H
Sábado 6 de Diciembre de 2008, que es 9 de Kislev de la Creación del Mundo por Haqadosh Baruj Hu
De Malcah

Si bien Yaacov hizo un trato honrado al comprarle a Esau la primogenitura, no se puede decir que hiciera otro tanto con su padre porque empezó ocultándole el hecho, probablemente temerosos de que Isaac lo anulara con toda su autoridad paterna. Al parecer, Esau tampoco informó al patriarca, o sea que ambos hermanos se saltaron a la torera el debido respeto. Isaac, cuyo nombre está ligado a la risa que se le escapó a su madre al oír el anuncio del ángel de que iba a tener un hijo biológico a los noventa años de edad, tuvo siempre un carácter bastante apacible, mucho más dado a los arreglos amistosos que a las peleas. Tampoco vacilaba en usar, si no la mentira, pero sí las ambigüedades para facilitarse la vida pero, todo hay que decirlo, su propio padre le había dad
o ejemplo al pretender que su mujer era su hermana. Efectivamente, ambos cónyuges eran parientes tan próximos que, según loa códigos de aquella época tenían derecho a llamarse hermanos. No debemos olvidar que una mujer tan hermosa como, al parecer, lo era Sarah, podía realmente ser causa de la muerte de su marido, si un hombre enamorado de ella quería evitarse ser adúltero. ¡Por lo visto, el asesinato era pecado menos grave! Pues bien, cuando Itzjak, ya viejo y ciego, física y espiritualmente, sólo se interesaba por la buena comida que le proporcionaba su hijo, el cazador, cuyo color favorito era el de la carne, el rojo, Rivkah organizó un engaño mayúsculo para hacer realidad la transferencia de la primogenitura a su amado Yaacov. Todos comprendemos, y creo que ya lo hemos comentado en años anteriores, que ella estaba en lo cierto y que su decisión de dejar a su hijo predilecto el patriarcado de la familia era perfectamente acertada. Ahora bien, para conseguir este inteligente propósito, recurrió al engaño. Nos dirán que no le quedaba otra solución, precisamente porque Isaac ya no pensaba sino en las cosas materiales: Es asombroso que aquel que, cuando su padre se disponía a sacrificarle por orden del Eterno, no tuvo una sola palabra para pedir que se le perdonara la vida sino que subió al Monte Moriah en perfecta conformidad con la Palabra Divina y obedeció a su padre sin rechistar, al comprender el significado de la ausencia de víct5ima animal se haya convertido en un viejecito volcado en el confort y la buena comida. Es forzoso constatar que los años, en muchos casos no pasan en vano y que una persona puede transformarse en lo contrario de lo que ha sido. La lección que se debe sacar de tal realidad es, precisamente, que, aun queriéndola entrañablemente, como lo debe hacer una mujer con su esposo, no se la debe considerar como lo que ha sido sino como lo que es en el momento presente..
Rivkah actúa pues con inteligencia y buen sentido al engañar a su marido que se equivoca en sus prioridades, pero, para alcanzar su encomiable propósito, tiene que recurrir a un ardid, haciendo, además, que Yaacov, el beneficiario del engaño, participe en él activamente. Ya ha entrado el engaño en la familia. Será muy difícil deshacerse de él.
Llegados a este punto, debemos detenernos un segundo en subrayar que es el materialismo el que está en el origen del engaño. El materialismo en sí mismo es un engaño. La misión del ser humano es caminar de nuevo hacia el Gan Eden, no sentarse en la cafetería de la existencia a saborear el menú. En el momento que nos ocupa hoy, es evidente que Isaac está plácidamente sentado en su sillón a la espera de que su hijo el cazador le traiga carne, carne bien roja, recién capturada. Creo importante insistir en este sedentarismo que es propio de los amantes de la “buena vida los cuales, cuando viajan, lo hacen en condiciones tan cómodas, que no son ningún caminar, porque siempre Van al mismo sitio: La mesa de los amigos, o la del restaurante. Comer es algo que suele hacerse sentado. La Torah, en cambio, será todo un caminar.
Después de engañar a su marido, Rivkah se verá en el brete de echar a Yaacov de la casa. Le obliga a emprender un Camino, lo cual es una gran bendición, porque, y así lo acabamos de mencionar, el camino abre la posibilidad de descubrir al Eterno cuyos ángeles nos guiarán hacia la total realización de nuestro destino. Yaacov se marcha de Beershvah y se dirige hacia Harán. Aquí tiene lugar el sueño de la escalera por la que suben y bajan los ángeles que simbolizan, amén de los avatares de la vida, los altibajos de nuestra psique y, por lo tanto, también de nuestra espiritualidad.
Estos altibajos o, mejor dicho, esta dualidad va a acompañar a Yaacov todo a lo largo de su vida. Todo lo ha basado en un engaño y lo va a pagar. El engaño no se aparta ya de él. Su suegro le engaña con su matrimonio y, luego con la retribución de su trabajo, obligándole de esta forma a recurrir al engaño para defenderse. Su esposa Raquel engañará a su padre llevándose sus objetos sagrados, sus hijos le engañarán de diversas maneras etc. El engaño ha penetrado en la familia y va a resultar muy difícil deshacerse de él. Sólo será posible, decenios más tarde con el cariño que une entre ellos a los hijos de Yosef, Efraím y Manasé, que ni se envidian, ni se odian. Por el contrario, se quieren tanto que anulan la maldición que, desde la humillación de Esau, había roído a la familia.
¡Bendito sea Hashem que restablece la concordia entre las familias!

jueves, 4 de diciembre de 2008

Petición

Querido amigo,

Malcah está pasando por un periodo difícil y al nivel económico está muy apurada. Está mal de salud y vive con su hijo que requiere vigilancia 24 horas al día que merma sus posibilidades de dar clases, su fuente principal de ingresos.

Si le fuera posible aportar algo de dinero para ayudarle a superar este bache sería de gran ayuda.
Los detalles de la cuenta son:

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Muchas gracias.

martes, 2 de diciembre de 2008

Parashah Toledot

Parashah Toledot: El materialismo
B”H
Sábado 29 de Noviembre de 2008, que es el día 2 de Kislev del año 5769 de e Creación del Mundo por Haqadosh Baruj Hu
De Malcah

Esta Parashah se inicia con la expresión: “Eleh Toledot” que significa “éstas son las generaciones”: La palabra toledot viene del verbo Yalad que significa “engendrar” y es de la misma familia lingüística que “yeled” (niño) que si mal no recuerdo, todos conocéis desde hace tiempo.
Por cierto, según una tradición nuestra, perfectamente verosímil, el nombre de la ciudad de Toledo proviene de esta parashah que era la de la semana en la que nuestros antepasados llegaron a la colina que domina el Tajo y allí se asentaron.
La palabra “toledot tiene, pues, para nosotros, los Sefardíes unas connotaciones, entrañables, porque Toledo iba a ser la capital de lo que podríamos llamar, sin exageración alguna “nuestro mundo”. Lo más relevante del texto es que el patriarca Itzjak, hijo de Abraham tuvo un destino bastante parecido al de su padre, porque él también pasó muchos años sin ser padre ya que su esposa Rivkah (Rebeca) era estéril y él tuvo que rezar fervientemente al Eterno para que Este le concediera la fertilidad- Ya hemos comentado, en otra ocasión, que fue muy difícil engendrar a Israel, porque nuestras matriarcas eran estériles, lo cual significa que la fertilidad es un don divino, digno de ser apreciado, que no va sin sus inconvenientes, como lo muestra la parashah que estamos comentando. Itzjak suplica al Eterno para que su esposa conciba y Este le hace caso, mucho caso, porque Rivkah tiene doble embarazo. Se queda preñada de dos gemelos que no llegarán a entenderse entre ellos: Esau y Yaacov, es decir que lleva el conflicto en su seno, como si la Benevolencia Divina se tuviera que pagar con alguna desgracia o, simplemente, que ninguno de los dos progenitores tiene derecho a exigir que su retoño responda a un esquema preestablecido. Los padres, a menudo, con la educación que impartimos, no hacemos sino desarrollar en cada uno de nuestros hijos los rasgos de carácter o de comportamiento que deseamos para él. Nos dice la Torah que Rivkah amaba a Yaacov porque era un hombre de paz. Le gustaba su inteligencia, está bien claro: Debió de alentarle a desarrollarla: En cambio, el modo de ser rudo y bastante grosero de Esau, probablemente la exasperase y, con mucha lucidez, comprendió que no llevaba a ninguna perpetuación de los valores, o sea que, para fortalecer a la familia, era inútil. Enfín, ella tuvo dos hijos gemelos que iban a protagonizar un conflicto paradígmico.
Realmente es difícil de entender. Tal vez, el mensaje de esta circunstancia sea que el ser humano puede, con su fidelidad, con sus rezos y súplicas, conseguir del Eterno unas mercedes que, hasta el momento le han sido negadas, pero que Este le exigirá algún sacrificio a cambio, como si quisiera evitar que se pudiera llegar a presionar-Le, abusando de Su Inmensa Misericordia. También puede que el Eterno Se proponga simplemente advertir a los hebreos de que nada va sin su opuesto. Es cierto que en todas las culturas, por lo menos las que yo conozco, el tema de los hermanos enemigos está presente. Sarah conoció la misma disyuntiva: privar al esposo de la paternidad o aceptar la doble paternidad. Me dirán, y con mucha razón, que el nacimiento de un hijo es, casi siempre, señal de que puede nacer otro y aquí es donde se plantea el tema de la primogenitura, porque el hijo mayor nunca dejará de ser el que ha abierto el camino a la perpetuación de la raza, por lo que le tocará a él hacer respetar los valores de la tradición.
El caso es que Rivkah se queda embarazada de dos varones que, ya en su seno, empiezan a pelearse. Haqadosh Baruj Hu, sensible a su angustia, contesta a la pregunta que ella Le hace, diciendo: Hay dos naciones en tu seno. Con el tiempo se separarán y el mayor servirá al menor.” La rivalidad entre dos hijos de una misma madre es un problema de los más comunes. Si, como en el caso que nos ocupa, llega a tomar dimensiones importantes, la única solución es que cada uno de los hermanos haga su vida por su lado, que es la solución que van a adoptar Yaacov y Esau.
Ahora bien, lo más grave no es que ambos hermanos tengan caracteres y esquemas vitales opuestos, sino que Esau desprecia la primogenitura que es la asunción de los valores familiares por parte del primogénito. En nuestros textos santos, siempre se insiste sobre la enorme valía de las primicias, porque integran la fuerza vital en todo su esplendor. Hay una expresión recurrente, tanto en la Torah como en el resto del Tanaj y es “Las primicias del vigor”. Cualquier hombre se siente orgulloso de ellas. Para el patriarca Itzjak, Esau es esto. Lo que ocurre es que, con el tiempo, Itzjak se vuelve ciego y esta ceguera es tan física como espiritual. Le importa más la comida que la meditación y la comida se la trae Esau, el materialista, para quien la primogenitura no tiene ningún valor porque es un simple honor, desvinculado de cualquier elevación moral: No le importa: La desprecia y la vende a su hermano por un plato de lentejas.
Lo terrible de este tipo de transacciones, es que quien las pide, en el fondo, no se siente satisfecho y guarda rencor a quien se la aceptó, aunque haya sido un trato honrado. Tiene el sentimiento de que el otro ha abusado, cuando realmente, no es así: Yaacov no abusa de Esau, sino que aprovecha su impaciencia ante cualquier necesidad física para conseguir lo que él quiere. Pero, si lo pensamos un poco, veremos que Esau, no está a punto de morir de hambre, como lo afirma. Total, no le ocurre nada que no le ocurra a cualquiera: que tiene hambre, pero no está moribundo como lo afirma, no admite que se pueda posponer la realización del deseo. Es hebefrénico. En cuanto a la primogenitura, no le ve el interés, porque no le parece aportar nada material: Entonces, la desprecia, renunciando para siempre a ser el jefe de su familia. .Sin embargo, acaba lamentando su actitud y afirmando que su hermano le ha robado. No, se ha robado él solo, demostrando con esto su incapacidad para ser jefe de familia. Será, esto sí, el jefe de un gran pueblo, porque es un hombre valiente, pero la ceguera de su padre, le obligará a asumir su desprecio de la primogenitura que le hubieras obligado a cumplir con las obligaciones espirituales inherentes a un patriarca hebreo responsable de los destinos de nuestro pueblo. Es así de primario: le gusta la buena vida. Quiere su merienda y en seguida.
¡Bendito Sea el Eterno que protege a Su pueblo contra los amantes de “La buena vida”!